Tendría que
saber,
por aquel día,
todo el mundo que
estaba bien jodida.
La mano se me caía
a pedazos
intentando secar
tu huida.
Todo estaba tan
llenito de manchas
que se iban
formando agujeros
de mierda
en cada esquina
que tú habías tocado.
Estoy en una
encrucijada
y no te permito
el permiso
de cruzarme de
nuevo.
Esta pierna que
se va,
y que no cesa,
está repleta de
tu mierda.
Y ahora todos
sabrán
que estoy
profundamente incompleta.
En honor a Frida, a todo su amor y su mierda.