martes, 3 de mayo de 2011

De caprichos impertinentes e inmaduros

Sí, el mundo está lleno de volátiles y etéreas palabras. Frases recién salidas del horno que ya no queman ni cicatrizan. Trayectos conducidos de canciones inacabadas en el olvido. Pólvora en éxtasis que explota en armonía. Cosas de estar por casa. De tierras oscuras sin causa. De instantánea complicidad escalofriante. De regresos a recuerdos de los que apenas puedes rescatar una imagen. De inexactitud y osadía. De inconformismo con simulaciones que duran mucho tiempo. De espejos opacos y de lluvia tras los cristales. De ironía por falta de defensa. De ingenuidad que se convierte en enigma. De cambios de planes y utopías alcanzables. De sorpresas que no vienen en forma de regalo y de regalos que llegan a cualquier otra parte con sueños rotos y esperanzas oxidadas. De incertidumbre, de cenas ajenas y de canciones de vuelta. De engaños colaterales y sumisión ante el desorden. De presencia que se vuelve ausencia en lugares infinitos. De bailar bajo la tormenta y mojarte hasta encontrarte. De deseos de cosas imposibles y días de verano plagados de cosas que no quise decirte. De palabras sin sentido y de años nuevos reciclables. De propuestas y de metas estancadas en los 90.

De días como este y segundos como los que acaban de pasar. 
Con unos planes que cambian todo y a los que la gravedad no los deja flotar. 

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