Me he cansado de hablar en pretérito perfecto. De olvidar para después volver a recordar.
Y me he comprado ese reloj en el que el tiempo no pasa, porque ya que estábamos puestos ante el descuido, mejor andar precavidos.
Hoy despierto con la ilusión madrugadora; he tomado un café bien cargado y he decidido que igual hasta olvido lo que nunca he aprendido.
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ResponderEliminarMe encanta como escribes :)
ResponderEliminarpor favor pasate por mi blog y me dices que te parece
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